Fandiño acaricia la puerta grande

Los tres actuantes han decidido hacer el paseíllo, a pesar de la insistente lluvia que cae en Madrid. La quinta corrida de San Isidro arranca con una terna diferente a la anunciada en los carteles originales. Ivan Fandiño sustituye a Curro Díaz que resultó herido el pasado domingo en Sevilla; y Uceda Leal ocupa el puesto de Leandro que se recupera de la cogida que sufrió ayer en Valladolid.

A pesar de la lluvia intensa y del cielo negro que cubre Madrid, se ha lidiado el primero de la tarde, un buen toro de El Montecillo, Imperdible, noble y de notable son sirvió para que Uceda Leal dejara naturales de largo trazo y limpios redondos en una faena, que como el toro, fue a menos. Mató de estocada desprendida y se pidió la oreja que la presidencia no concedió.

Dirigente de nombre fue el segundo, negro salpicado de bonita lámina y dulce condición. Bajo la lluvia Fandiño hilvanó una faena con altibajos sobre la mano diestra y sobre la izquierda y encontró su punto álgido en las bernadinas finales. Remató de una gran estocada y fue premiado con un apéndice.

Gracioso, tercero de corrida, ha tenido buena posición pero le ha faltado el fondo que enseñaron sus hermanos. Toro venido a menos que ha mostrado su calidad aún sin poder físico. Miguel Tendero se ha mostrado voluntarioso bajo una lluvia que ya repite en Madrid. Mató con decoro. Silencio.

Saltón Mocetón, cuarto de corrida, todo un hombre de 592 kilos y embistió con fuerza y poder al caballo en pelea de gran entrega. Después quedó suelto en un ir y venir tan desorganizado como emotivo, pero Uceda nunca terminó de encontrarse cómodo. Mató de estocada desprendida. Silencio.

Fandiño roza la puerta grande. La rozó con Alcachofa, quinto de la tarde, un toro que se quedó escaso en casi todo: en trapío, en poder, en nobleza y en fondo. No obstante, el torero vasco puso todo el empeño por lograr la puerta grande que estaba para él, primero con un espectacular pase cambiado, después en el toreo fundamental que Alcachofa no tragó y por último en el arrimón final. Estocada desprendida, ovación tras leve petición.

Deslucido sexto acto de corrida. A este último le faltó empujar la muleta en los finales de los muletazos y por ese motivo el vulgar trasteo de Miguel Tendero nunca transmitió. Terminó de pinchazo y estocada y fue silenciado.

Plaza de toros de Las Ventas. Tres cuartos de entrada en tarde muy lluviosa. Toros de El Montecillo (encaste Domecq).

Uceda Leal (carmesí y oro): ovación tras petición y silencio.

Iván Fandiño (azul rey y oro): oreja y ovación.

Miguel Tendero (lila y oro): silencio y silencio.