TEJELA TUVO EL TRIUNFO Y SU ACERO SE AMELLO DANDO METISAQUES

Ya no está el Patrón por estos lares. Ya no viene el aplaudidor del toreo ligado, ni la señora emperifollada, el Ballantines baja en la Bolsa de los atípicos, el cemento no levanta las iras, el abono se deprecia y se desprecia. Los isidros sacan brillo a una bota mugrienta, aunque otorgar dignidad sea cosa de otros. Los isidros cubren las vengüenzas de un tomate en el calcetín, pero ni los isidros ni las isidras forman motín; ellos no se indignan por nada, los isidros no acampan en Sol.

Los isidros pasan de cumpleaños sin velitas, ahora los isidros solo esperan otro mayo con Patrón y otro abono como cesta navideña en primavera. 

Quedan en Las Ventas esos locos cabales y algún despistado, o dos, con la afición intacta y en la duda de irse a Sol como parte de los indignados. Pero esos no sonisidros. Ahora, justo en el estudio de la conveniencia del desalojo, los locos cabales podrían irse a Sol para exigir un Patrón más largo y con isidros; un Patrón más largo y con toros; un Patrón más largo y con toreros para cuando salga ese toro; un Patrón de un mes completo sin apéndices fantasmagóricos; un junio como cuando junio era mayo.

Sin isidros, listos ellos tomados por tontos, comenzó la función retrasada en diez minutos. Agua había en el cielo, en la arena y en la taquilla. También agua en los chiqueros, con una gotita de esencia que Tejela trató como si fuese Varón Dandy.

Esa gotita de clase, la única gota perfecta y en tipo, la única bonita de cabo a rabo. La gotita de Garlitero y sus dos buhídos pitones en cuchara, su cuello amplio y estirado sobre el recto lomo, asentado en dos manos cortas. El resto no eran hermanos, sino compañeros de cartel y dehesa, pero de otras lides, de otros líquidos sin esencia.

Garlitero no gozó de una figura de las que le gustan a los isidros y de las que niegan y reniegan los locos cabales. Garlitero tuvo enfrente a Matías Tejela, un joven veterano que sigue en el tren de muchas ferias renovando billete sin que nadie acierte a saber cómo. Matías Tejela hoy renovaba su billete, pasó el revisor de Bayones con ganas de sellarlo y con las prisas el pasaporte voló por la ventana.

Iba Tejela tan decidido como ansioso, con su verónica reunida y aguerrida, su chicuelina rabiosa, su tijerilla hasta torera. Era el buen camino, eran los papeles en regla. Mas comenzó a pisar el acelerador de inicio, con un cambiado cuando tocaba gustarse, con una velocidad distinta a la del Garlitero de la esencia, que exigía ralentí. Eran pases y pases ligados sin isidros para aplaudir; eran oles con oles sin una tilde para sentir. Cierto es que la esencia llega en frasco pequeño, que no dura un mes su perfume embriagador, pero esa esencia del mimo en las embestidas es caricia triunfal y eterna si las paladeas con mesura, dura un segundo y conmueve para siempre.

La esencia no es Varón Dandy aunque éste te saque de un apuro. Para colmo, la esencia, aun esfumada, la esencia de Garlitero, requiere brillo hasta la muerte y no los sablazos infames de un joven veterano ya sin billete.

El resto es para irse a Sol, como los indignados que se indignan si no hay otra cosa mejor que hacer. Indignados por el simplismo aprobado de una corrida sin personalidad, sin remate, sin fuerzas, sin contenido. Ni los sobreros, que cambiaron de hierro y no de encaste, movieron el rumbo sin norte de una tarde a la deriva.

Ni el aplomo, la honradez, la finura y gusto de un riojano como Urdiales pudo expresar más allá del apunte de un natural excelso ante el mentiroso, cobardón y trotamundos sobrero que saltó quinto.

Tampoco el guerrillero Rafaelillo encontró rival de puños. Su valor no está curtido para danzar el valls de la mentira sin gracia, su (im)pulso gana en la pelea del barro y que salga el sol por Antequera.  

Para el colmo de los colmos saltó el sexto, un Valdefresno sin trapío con sus 592 kilos a cuestas, que indignó a los locos cabales ayudados por una presidencia empeñada en ahorrar tiempo a todos y dinero a la empresa. Esa forma de cambiar el tercio a traición con los locos cabales indignados. El último paripé  de una tarde muerta. Ellos, esos locos cabales, podrán irse a Sol como buenos indignados. Losisidros, simplemente, se van. Ellos no acampan en Sol. 

Ficha del festejo

Plaza de Madrid. Primera de la Feria del Aniversario. Media entrada, en tarde de lluvia durante todo el día y que se mostró intermitente durante el espectáculo. Cuatro toros de Los Bayones, desiguales y mal presentados, salvo el armónico y buen tercero, que tuvo calidad. El resto, deslucidos. Además, se lidiaron dos sobreros, uno deFraile Mazas (5º, que sustituyó al devueelto 2º) y otro (6º) de Valdefresno, ambos mansurrones y deslucidos. 

Rafaelillo (tabaco y oro): silencio tras aviso y silencio.

Diego Urdiales (turquesa y oro): silencio tras aviso y silencio. 

Matías Tejela (rosa palo y oro): saludos tras aviso y silencio.

Cuadrillas: destacó José Mora al parear al primero de la tomado de burladero.comjavier hernandez