¡CARTA AL NIÑO JESÚS!
Querido Niño Jesús:
Hacía tiempo que no te escribía, pero no me he olvidado de ti, siempre siguiendo tu
ejemplo, tus valores y virtudes, pero ocurre que hoy que te quiero pedir algo especial:
Tu, que naciste entre una mula y un buey, que seguro te creciste entre ovejas,
carneros y pastores, en contacto con los animales, sabiendo cuál es el lugar que Dios
les dio en este mundo, porqué no nos ayudas para que se permita que los niños
españoles puedan asistir a los toros y torear desde pequeños, a fin de que puedan
tener contacto con algo que forma parte de su cultura, pero que además les permite
entender desde chicos este rito milenario, en el que el hombre tiene que echar mano
de sus mejores virtudes y valores, para sortear el destino que a todos nos ha asignado
tu padre.
Resulta Jesús, que hoy se nos persigue por ser aficionados a la Tauromaquia, y el
peor de los castigos que nos imponen es que los niños no puedan asistir a las corridas,
para así tratar de romper con una tradición cultural, con el argumento del maltrato
animal, justo quienes prefieren que esos animales, los toros bravos, se extingan.
Son desviaciones de estos tiempos, pero impiden que nuestros menores disfruten y
aprendan desde pequeños, una de las artes más completas de las que el hombre
realiza sobre la tierra, inspiradora de las más bellas artes! No obstante, la proscriben,
amenazan y persiguen, incluso desde los poderes públicos.
Entre nuestras tradiciones, los Toros eran una de nuestras señas de identidad, que los
padres y los abuelos transmitían a sus hijos y nietos, y de su mano los pequeños
tenían el primer contacto con la Fiesta, llegando a amarla y respetarla.
En América no han llegado a tanto, pero lo están intentando. Allí, el que los niños
puedan asistir a los toros y torear desde pequeños, ha permitido que hoy las grandes
esperanzas de la Tauromaquia sean americanas: Andrés Roca Rey, peruano, Luis
David Adame, mexicano, y Jesús Enrique Colombo, venezolano, pudieron
aficionarse a la Tauromaquia a temprana edad, para cumplir un proceso natural de
aprendizaje como “Niños Toreros”, y convertirse en lo que son hoy.
Esto que te pido, seguro que te lo agradecerán niños como tu, que han visto
impávidos como los nuevos “Herodes” les cercenan sus derechos culturales. A
muchos les permitirás formarse como artistas y hombres de bien. Y si de tu mano está
hacer algo más, pues también te agradeceríamos que vuelvan a permitirse los
espectáculos cómicos-taurinos, que tantas alegrías traían a la chiquillería.
Tu amigo,
Pedro Romero
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