Sus hechuras delatan que no es torero, pero no tiene mal aire. Capotea a la verónica con buen gusto, hasta parece que preten...de alargar el viaje del toro mientras le sigue con la mirada. Mentón hundido, pierna adelantada. Torea con la palma de la mano, como hacen los buenos. Se llama Guillermo Romo Méndez, es diputado en el estado mxicano de Guanajuato, y me trae al pairo el partido al que pertenezca. Lo realmente importante es que tiene bemoles para defender sus ideales, aquello que cree justo, sin importarle el "qué dirán". La semana pasada "El Macho" Guillermo acudió a la tribuna del Congreso vestido de corto para presentar la propuesta de convertir los toros en "patrimonio cultural inmaterial" de ese estado del centro de México.
Antes de entrar en la Cámara templó nervios en plena calle. Un manojo de lances sentidos ante la atónita mirada de los transeúntes sirvieron para liberar tensiones. Luego, ya en el Parlamento, hizo el paseíllo desmonterado desde su escaño hasta el estrado, sombrero de ala ancha en la mano derecha y capote perfectamente doblado sobre el antebrazo izquierdo, todo un signo de respeto a la liturgia. Una vez en su atril, se caló el fieltro al más puro estilo Luis Francisco Esplá para hacer la faena, su discurso.
La primera parte de su quehacer estuvo fundada en la cultura, la fiesta y la tradición. Digamos que fue un inicio por alto, suave y elegante. Tuvo mayor profundidad el núcleo de su labor, con pases largos y templados mostrando el valor ecológico de las ganaderías y su desarrollo científico. Terminó semiflexionado con ayudados por bajo, de los que crujen, apuntando los puestos de trabajo que genera el toreo y la catástrofe en materia de desocupación y económica que significaría para la provincia su desaparición (recordó que sólo en la ciudad de León hay más de 1.200 empleos que dependen directamente de los toros).
Como suele suceder en estos casos imagino que en el hemiciclo debió escucharse división de opiniones. Desconozco si Guillermo Romo salió por la Puerta Grande. Hay fotos ya afuera del edificio en las que se le ve encaramado al monumento a Rodolfo Gaona saludando al más puro estilo triunfador. Lo fue. Haber tenido la dignidad de defender la Fiesta es un éxito, y además hacerlo enfundado en un vestido corto con la torería y valentía que demostró, significa, no sólo un plus mediático para él y para sus intenciones, sino un extra en la admiración y respeto que le profesamos cuantos amamos el toreo.
No me imagino a los "nuestros" de tal guisa. Rajoy... demasiado serio. Wert... demasiado riguroso. Albendea... demasiado predecible. Lo cierto es que, vestidos de corto o de Armani, no nos vendría nada mal que en Las Cortes cundiese el ejemplo de "El Macho" Guillermo.
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